13 octubre, 2016

Polache: un paso más cerca del Nobel de Literatura



Expertos en Musicología de La Hermandad de la Uva se encuentran muy contentos con la reciente noticia de Bob  Dylan y el premio Nobel de Literatura.

"Sin duda alguna, esto es un breaktrough to the other side", dijo Wilmerio Rivas Rivera, quien tiene un máster en Rockolas de la Universidad de Mary's Place (UMP).

"Esto pone a Polache un pasito tún tún más cerca del premio, puesto que si ya se lo dieron a un músico, es muy probable que también se lo den a un músico de comerciales", explicó el experto.

"Voy a ser como la llanta,
que cualquier terreno aguanta."

¿Quién puede sacar esa tonada de su cabeza una vez la escucha en la radio? Es poético, sí, pero también es efectivo.

"¿Cómo les quedó el ojo cabrones de La hermandad de la uva? Los músicos somos la mera uve, hasta el Nobel de literatura les quitamos", declaró un hippie neverlandezco que tocó un día el cover más cover de Dylan: Like a Rolling Stone.

"Suena mera pija Llantilandia. Joder, imagino mujeres hermosas vestidas de látex conduciendo camiones con llantas enormes. Quiero ir a llantilandia, yo quiero serlo", comentó el poeta Jorge Martínez en la Avenida del Amor, sin que nadie le haya preguntado su opinión al respecto.



"Me enamoré de mi carrito
y fue una sola abrazadera,
nos pusimos los anillos,
sentí flechas y casquillos
en la mera cremallera..."

Así reza la canción del comercial de Autorepuestos, que ha sido conocida ya por críticos a  nivel  mundial como su Magnum Opus.

"Es notable ahí el paralelo que solo Polache es capaz de crear en sus jingles con las más grandes obras de la literatura universal. La canción del comercial de Autorepuestos es una sinfonía de intenciones artísticas: sí, por un lado te vende un cambio de aceite, pero por otro te susurra al subconsciente sobre el oculto fetichismo hipererótico que tiene el hombre moderno para con las máquinas. En el fondo, todos nos queremos follar a nuestros desvencijados carros, queremos penetrarlos de alguna manera u otra... y es por eso que en el mundo hay tantos choques", declaró Darío Cálix, mientras seleccionaba la rola Libros tontos de Broncos en la rockola de Neverland.

"Es un tributo perfecto a la gran novela Crash de J. G. Ballard", agregó el escritor, para acto seguido abrazar su Hyundai Accent año 2001 de inexplicablemente cara matricula de 2,200 bolas a vencer este mes de octubre.

"Es mi caballito bonito", dijo, en un vano intento por homenajear un episodio bochornoso de Nietzche y ser macizo así como Polache.

Pero no a cualquiera le sale, chele.