El último dragón vivo, Leopoldo María Panero, decidió morir después de que La hermandad de la Uva se negó a publicar un mensaje que les envió por motivos de su tercer aniversario.
Dicho mensaje contenía símbolos extraños que los Hermanos lamentablemente dieron por sin sentidos. Tras su fallecimiento, detectives de la Hermandad de la uva descubrieron que en realidad era un mensaje en letra Windings, que al ser seleccionado y cambiado a Times New Roman, rezaba:
LA HERMANDAD DE LA UVA ES EL ÚLTIMO REDUCTO POSIBLE. QUISIERA VIVIR EN SAN PEDRO SULA, VENEZUELA.
A manera de enmendar el error con los dioses de la literatura, Darío Cálix se despide de su loco favorito con un poema:
¿Llegaste al otro lado del río ya, Leopoldo?
¿Volviste a ser niño?
¿Te dejó chupar sus tetas otra vez tu madre Felicidad Blanc?
¿Alguna vez lo hizo?
¿Ya se transfiguró tu figura, al fin, con la de Peter Pan?
Conociéndote...
Te habrás caído, ¡qué va!, te habrás tirado de la barca.
De seguro te metiste el óbolo en el hoyo del culo,
después de que Caronte rechazara tus insinuaciones
y te lanzaste pelado al Aqueronte, gritando:
“¡No me aguanto las ganas de nadar!”
Te imagino cagando en el Aqueronte,
así te imagino,
flotando entre tu propia caca.
Sólo tú y Artaud llegaron a conocer
la verdadera importancia de la fecalidad.
Y tal vez, sólo ustedes, los más locos,
conocieron la felicidad.
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