Bebo solo,
amor mío.
Y le
perdono la vida a las cucarachas.
Desde que
te fuiste mi vida carece de sentido.
Estoy
sucio, soy borracho y desprolijo.
No enciendo
la luz,
en cambio
cubro de cortinas las ventanas,
cortinas de
terciopelo azul,
vieras que chuladas…
En esa
esquina oscura
en la que
ahora permanezco,
parezco más
mono que hombre.
De la serie "Los tres compadres anormales".
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