(Johnny
Caminante, La hermandad de la uva editores)
El cinismo del abominable Dr. T. es ilimitado, su
personalidad de Mr. Hyde copula y se
entremezcla con El otro yo del Dr.
Merengue, se deja fotografiar por la prensa regalando termitos de café en
las apocalípticas filas de Consulta Externa, mientras en la sala de urgencias
sujetos con batas blancas luchan por no catalogarse carniceros, siempre y
cuando el hilo para cocer y la anestesia aguanten hasta la próxima donación
primermundista. (César Villacorta, ex-sub director del hospital M.R.)
En vez de estarme preguntando que opino sobre su librito
por qué mejor no dona una pinta de sangre, no le creo mucho eso que la Cruz
Roja lo haya declarado no apto por una simple convulsioncilla que le pegó hace
más de cinco años. (Andrés Morales, enfermero)
Es verdad, les he visto la cara a él y a los otros, han
regalado pantallas planas en mi día, pantagruélicas comidas, fervorosos
apretones de mano, grabadoras digitales para optimizar el trabajo, para
agilizar la noticia, para tergiversarla. Me han reprendido cuando las
estadísticas desfavorecen sus gestiones, otros han “retractado” mis notas sin
prueba alguna sin números siquiera en otros diarios que favorecen su gestión. Estuve
al borde de venderme por unas cuantas migajas. (Gabriel Portillo, periodista carambolero y desempleado)
Tomado de: "Fastidium", novela de JJ Bueso.